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Tumores óseos: Predisposición, diagnosis, tratamiento y patologías principales
No es muy habitual que se desarrollen tumores en huesos, pero cuando aparecen suelen ser tumores malignos con metástasis.
Los benignos es raro que se detecten, salvo ocasionalmente en diagnósticos en busca de otras patologías.
Aunque tumoraciones en distintos órganos como los riñones, la glándula tiroides, los pulmones o en áreas como las mamas o la gastrointestinal, pueden provocar daños o afectaciones en el hueso.
Etiopatogenia
Entre los factores que podrían predisponernos a padecer esta enfermedad ósea podríamos considerar los siguientes:
- Traumatismos: Los tumores óseos en las rodillas pueden deberse a los abundantes traumas que puede recibir esa zona, sobre todo en niños. Si encontramos una rodilla tumefacta álgica habría que tenerlo en cuenta.
- Lesiones de hueso: A pesar de no ser tan frecuentes hay que valorar la presencia de enfermedades como la de Ollier, la de Paget o la displasia de Jaffé-Lichtenstein.
- Estatura: Las personas que son más altas que la media suelen tener mayor predisposición.
- Factor hereditario: Esta conexión se podría encontrar en enfermedades como el retinoblastoma hereditario que puede llevar a la producción de un osteosarcoma y la enfermedad hereditaria múltiple exostosante.
- Infección vírica.
- Implantes metálicos.
- Exposición a la Radiación.
Diagnóstico
La histología es determinante en la diagnosis de las lesiones de hueso. No obstante, es importante recabar información del historial clínico y del estudio radiológico.
Historial clínico:
- Edad del paciente.
- Antecedentes personales del enfermo: Conocer datos del tumor primario si se piensa que es probable encontrar metástasis.
- Presencia de alguna masa tumefacta o proliferación venosa nada profunda.
- Sensación álgica.
- Existencia de alguna fractura patológica.
- Datos recabados en el laboratorio de los análisis realizados.
Radiografía Simple:
A pesar de existir técnicas más novedosas una simple radiografía nos puede facilitar datos que nos pueden servir.
Gracias a ella observaremos si sólo hay una o varias lesiones, cómo reacciona la estructura ósea ante la lesión, cómo crece y nos ayudará a descartar alguna otra etiología.
Hay que tener en cuenta la destrucción observable en la radiografía y la consecuente agresividad lesiva.
Será más agresiva a medida que el periostio responda más, la matriz del tumor se calcifique, el hueso se destruya y los tejidos blandos adyacentes se vean afectados.
Reacción del hueso:
Osteoclóstica: la estructura ósea se destruye.
- Hueso cortical: Puede reducir su grosor, infiltrarse, romperse o reabsorverse.
- Hueso esponjoso: Puede volverse permeable, siguiendo un patrón geográfico.
Osteoblástica: la estructura ósea se crea.
- Hueso cortical: el periostio en su parte más interior reacciona:
- Hueso esponjoso: se crean nuevas estructuras trabeculares.
De forma continua:
Con ausencia de pérdida de hueso cortical.
Con desecho de la estructura cortical.
De forma discontinua:
Respuesta en forma de aguja.
Triángulo de Codman.
Respuesta con forma laminada múltiple.
Matriz del tumor:
No suele verse. Sí se percibirá al mineralizarse adoptando formas condroides o formas osteoides.
Ubicación:
Es usual que se hallen en la epífisis, en la metáfisis y en la diáfisis.
Otras posibles pruebas de imagen que se realizan:
- Gammagrafía: Se estudia con el isótopo tecnecio, metileno-difosfonato-Tc99m.
- Arteriografía: Se estudia cómo está vascularizada la zona, si hay ejes vascularenerviosos.
- Tomografía computerizada: Muy útil para localizar el tumor si es de reducido volumen, medirlo y encontrar aquellos que pueden albergarse en la pelvis y en el raquis vertebral.
- Resonancia magnética nuclear: Lo destacable de esta prueba, a parte de sus buenos resultados en la detección, es la de distinguir los distintos tejidos.
Biopsia:
Fundamental para decantarse por un tratamiento u otro.Se puede hacer una punción o un pequeño corte para extraer el tejido necesario para el estudio. A veces si la clínica y las radiografías son muy concluyentes, se espera a la operación para sacar la muestra, aunque no es lo habitual. Tiene que ser un especialita anatomopatólogo el que lo haga al no ser fácil su diagnosis. Hoy día se estudia el DNA celular y el cariotipo.
Tratamiento
Son los distintos especialistas, el patólogo, el oncólogo, el radiólogo y el cirujano, los que tienen que acordar el tratamiento a seguir. Es en las tumoraciones primitivas del hueso dónde se suele recurrir a la intervención quirúrgica. Se realiza osteosíntesis en focos metastásicos con el fin de que disminuya la algia y tenga el paciente una mejor funcionalidad. En la intervención quirúrgica se limpia bien toda la zona dónde estaba ubicada la tumoración. Posteriormente se buscará la buena funcionalidad del enfermo. El tratamiento que se suele llevar a cabo es el siguiente:
- Radioterapia: Se utiliza en los casos que la tumoración sea radiosensible.
- Quimioterapia: Se emplea en ella metotrexate, ciclofosfamida o bleomicina, entre otros. Y ya sea antes o después de la cirugía.
- Se emboliza la arteria por dentro.
- Interferón.
- Hormonal.
En pseudotumores y patologías benignas no se opera si no hay síntomas o contratiempos. Otras lesiones, cuando el hueso madura, se quitan sin necesidad de tratar.
Principales patologías que podemos encontrar
- Quiste aneurismático del hueso: Es un pseudotumor en el que se llenan de sangre distintos espacios.
- Quiste esencial del hueso: Es habitual que se dé en el sexo masculino en niños o chicos de hasta catorce años, afectando a la parte superior del fémur y al húmero.
- Enfermedad de Ollier: En ella se producen varios encondromas focalizados, además de en la mano, en otras área.
- Osteocondroma o exóstosis: La fisis ósea crece de manera no habitual, ni ordenada, creándose el tumor. Es en la metáfisis dónde se origina, pudiendo llegar luego a la diáfisis. Suele pararse ese crecimiento cuando el hueso llega a la madurez. Es posible que no se manifieste ningún síntoma, o sí, afectando a las partes blandas, formándose una bolsa sinovial, en la que habría que hacer una resección mediante cirugía.
- Sarcoma de Ewing: Suele darse en caucásicos de en torno los diecisiete años de edad.
- Metástasis del hueso: La solemos encontrar, y cada vez hay más casos, en personas a partir de la quinta década de su vida.
- Osteoclastoma: Suele aparecer entre la veintena y la cuarentena de edad y, usualmente, en el sexo femenino.
- Osteocondromatosis múltiple: Los osteocondromas se diseminan por las piernas y porlos antebrazos, deformándolos. Es posible que quedar en gestación sea un mecanismo de activación de la enfermedad. Pueden volverse malignos.
- Osteoma osteoide: Es en las estructuras óseas tibial y femoral dónde suele hospedarse esta patología de reducida dimensión quede no llega a los diez milímetros. El dolor tiende a darse por la noche. Es posible que precise que se haga un curetaje.
Es posible que vaya asociado a otros tipos tumorales.
Lleva a encontrar articulaciones álgicas y con limitación de movilidad.
Suele situarse en la metáfisis ósea. Y en la placa de rayos la imagen que se obtiene es como de burbuja de jabón.
En el tratamiento no se tiene que recurrir a la radioterapia, sino directamente a la cirugía. Es posible que haya recaídas. Puede volverse en una lesión maligna.
En la radiografía se localiza como una fractura patológica próxima a la metáfisis del hueso.
Puede convertirse en maligna.
Afectando a la parrilla costal, la pelvis, la parte superior humeral, el fémur en su parte diafisaria y a la tibia.
Se origina en la zona de la médula y, tras agrietar el área cortical, llega hasta las partes blandas.
Es indiscutible su manifestación en las placas de rayos, donde se observa un hueso destruido y un periostio laminado como respuesta a la erosión.
En una Tomografía se ve, además la afafectación del tejido adyacente.
Es usual que en la terapia se aplique quimio. Aunque, a veces, se recurre a la radioterapia. Y puntualmente la resección ósea.
Puede aparecer en la región craneal, la parrilla costa, en el húmero, la zona ilíaca y en el fémur. Pero lo mas habitual es que se dé en el raquis vertebral, por lo que habría que considerarla en personas mayores que sufran alguna fractura vertebral.
La gammagrafía ósea es lo mejor para encontrarlas.
En el sexo masculino la tumoración primaria suele ser en la próstata, y después pulmonar o en el aparato digestivo. Y en el sexo femenino en la mama.
Es en el pulmón donde suele aparecer la metástasis consecuentes de tumoraciones malignas del hueso.
Lo focalizamos en el área ósea subcondral de la parte inferior del hueso radio, inferior del fémur y parte superior de la tibia. En la mujer gestante crece su dimensión.
Se contraindica aplicar radioterapia. Tras hacer una resección, e intentar evitar recaídas, se emplea nitrógeno en forma líquida, fenol o cementación de la zona.
Hay pacientes que presentan tipos muy virulentos de este tumor. No suelen provocar que haya metástasis.
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